23 diciembre 2010

23 Atardecer inesperado



De repente el cielo se abrió,
las nubes dejaron pasar los tibios rayos del sol,
que fueron ocupando cada esquina del cielo
y proyectaron sus reflejos sobre el mar.







De súpeto o ceo abriuse,
as nubes deixaron pasar os mornos raios do sol,
que foron ocupando cada esquina do ceo
e proxectaron o seu reflexos sobre o mar.



Antón Iglesias





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